sábado, 29 de noviembre de 2014

-finales, felices-

La niña que creía en los cuentos de hadas,
en los finales felices,
que soñaba con casarse con un príncipe azul,
que pensaba que todo era de color rosa.
Esa niña creció, fue cambiando sus chucherías por cigarrillos.
Sus muñecas por alcohol y drogas.
Se dio cuenta de que los cuentos de hadas no existen, ni los príncipes azules, ni los finales felices.
No todo sale como se planea,
de pequeña te pintan una vida perfecta de color rosa, y cuando creces ves que todo es negro.
Disney se empeña en esconder todo lo negro, pero ¿os imagináis a Rapunzel con cáncer? ¿a Blancanieves cuidando a siete bebés y siendo maltratada por su príncipe? ¿a Cenicienta llegando de madrugada a su castillo drogada? ¿a la sirenita encerrada en una pecera?¿a la Bella durmiente durmiendo todo el día para pasar el menor tiempo posible en este mundo? ¿a Bella operándose todo el cuerpo porque ya no se ve bonita?
Los finales felices existen, en los cuentos.

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